Capital de la famosa región de Baviera, al sur de Alemania, Múnich se encuentra a unos 50 km al norte de los Alpes y es conocida por su naturaleza virgen, su arquitectura vanguardista y la (in)famosa actitud relajada de los bávaros. Y, por supuesto, la cerveza. Y mucha.
Baviera es el estado alemán que recibe más visitantes al año, y con razón. Múnich es un excelente punto de partida para su viaje a Alemania, ya que no le faltan auténticas cervecerías (además de la mundialmente famosa Oktoberfest, que se celebra todos los años), interesantes museos y la puerta de entrada a algunos de los mejores castillos y rutas de senderismo del país.
Pero, como ocurre con cualquier destino de vacaciones, hay que tener en cuenta algunas cosas antes de hacer la reserva. Estas son las principales cosas que hay que tener en cuenta al visitar Múnich.
1. Programe su visita
Casi siempre es buen momento para visitar Múnich, pero hay algunas fechas clave que conviene conocer al planificar el viaje.
Navidad en Baviera
¿Está pensando en visitar un tradicional mercado navideño europeo durante el invierno? Pues no busque más: el mercado navideño de Múnich, o Münchner Christkindlmarkt, es una auténtica delicia. El mercado principal está situado en el idílico entorno de la Marienplatz de Múnich, para nosotros la plaza principal más bonita de Alemania, rodeada por todas partes de impresionantes obras arquitectónicas góticas iluminadas para las fiestas. Pero si resulta demasiado ajetreado, siempre puede encontrar un respiro en los mercados más pequeños repartidos por los distintos distritos de la ciudad.
Oktoberfest
Si está pensando en enfrentarse a la original y mejor Oktoberfest, ¡le deseamos suerte! La Oktoberfest, la mejor fiesta popular del país, suele comenzar a finales de septiembre y sólo dura hasta la segunda semana de octubre, a pesar de su nombre. Es la mayor fiesta popular del mundo, que celebra la comida tradicional bávara, los estilos de vestir. Y cerveza, ríos y ríos de fantástica cerveza. Hay más de 30 carpas de cerveza, grandes y pequeñas, para elegir repartidas por el gran espacio abierto de Múnich, Theresienwiese. No se necesitan entradas para acceder a las carpas, pero a menudo están tan abarrotadas que es difícil conseguir una mesa, o incluso que te dejen entrar en la carpa debido a la masificación. Pero si llega antes de las 15.00, no debería tener problemas.
Los precios del alojamiento se disparan durante la temporada de festivales, así que reserve con antelación si conoce las fechas en las que estará en Múnich. La cerveza bávara weissbier suele ser fuerte y se sirve en enormes jarras, por lo que es mejor tomárselo con calma y empaparse un poco con las estupendas salchichas y pretzels alemanes que se ofrecen. A última hora de la tarde, el ambiente puede volverse bastante desordenado, por lo que conviene tenerlo en cuenta si se viaja con niños. Mucha suerte. No se olvide de meter en la maleta los lederhosen o dirndl.
Otros buenos momentos para visitar
Justo antes del verano, en abril o mayo, es el mejor momento para visitar la capital bávara, en nuestra humilde opinión. Las multitudes de los mercadillos navideños hace tiempo que se han marchado, el pico del verano aún no ha llegado y es mucho antes de la locura del Oktoberfest. La floración primaveral de los cerezos aporta un precioso matiz de color a la ciudad y las temperaturas son agradables, por lo que es el momento perfecto para alquilar una bicicleta y explorar la ciudad a tu aire.
2. Cómo llegar desde el aeropuerto
La mejor opción de transporte público en Alemania suele ser el tren. La reputación de Alemania como país eficiente en lo que a trenes se refiere se ha resentido en los últimos años, con retrasos frecuentes. Pero sigue siendo un servicio bastante bueno en comparación con algunos de sus vecinos europeos.
Las líneas de S-Bahn S1 y S8 conectan el aeropuerto con el centro de Múnich y circulan cada 10 minutos. La S1 circula por el oeste de la ciudad y la S8 por el este. El trayecto hasta el centro dura unos 40 minutos, sin retrasos. Otra opción es el Lufthansa Express Bus, que pasa cada 20 minutos los 365 días del año. También le dejará en la Estación Central de Múnich y tarda unos 45 minutos.
3. Desplazarse
Si viaja a Múnich, muchas de las atracciones principales están muy cerca unas de otras, por lo que desplazarse a pie es una opción viable. Y con su terreno llano, sus carreteras anchas y en buen estado y su excelente infraestructura ciclista, Múnich también es apta para los ciclistas. Sobre todo antes del verano, antes de que haga un calor sofocante. Pero si se le cansan las piernas sólo de pensar en estas opciones, la ciudad también tiene un gran sistema de transporte público, y normalmente tendrá la opción de U-Bahn (tren subterráneo), S-Bahn, tranvía o autobús para llegar a donde necesite.
La tarjeta München Card es una gran opción, ya que le proporcionará descuentos en atracciones turísticas y un billete de un día para todo el transporte público. Asegúrese de validar el billete antes de subir a bordo. Ausstieg links/rechts!
Es útil tener a mano aplicaciones de navegación como Google Maps para orientarse por la ciudad. Afortunadamente, ahora puedes descargarte una aplicación de viajes eSIM para acceder a datos móviles a precios asequibles mientras estás en Alemania.
4. Dónde alojarse
Si lo que busca es meterse de lleno en la acción, Altstadt-Lehel es el distrito más céntrico, cerca de la Marienplatz. Aquí encontrarás una gran cantidad de monumentos históricos, cervecerías populares, tiendas de primera clase y grandes almacenes, y la plaza central Marienplatz es un práctico centro de transporte público para aventurarse más lejos.
Cerca de la estación central de Hauptbahnhof hay alojamientos para todos los bolsillos. No es la zona más pintoresca de la ciudad, pero es segura y animada.
De todos modos, el fantástico sistema de transporte público de Múnich permite llegar fácilmente a cualquier sitio, independientemente de dónde se aloje.
5. Cervecerías
Sería negligente no mencionar la tradición bávara de cervecerías y cervecerías, y Múnich alberga muchas de las mejores y más antiguas del país. Hay mucho donde elegir, y todas sirven una cerveza fenomenal, directamente del barril. Pero nuestras favoritas son sin duda Hirschgarten, Chinesischer Turm, Augustiner Keller y la mundialmente famosa Hofbräuhaus, que data del siglo XVI. Es enorme, tiene tres plantas y un restaurante tradicional bávaro que sirve exquisiteces.
Dato curioso: en 1862, el rey Maximiliano I de Baviera promulgó un decreto que permitía servir bebidas en las cervecerías al aire libre, pero no la venta de comida. Aún hoy, cualquiera que visite una cervecería al aire libre puede llevar su propia comida. Pero es de buena educación pedir antes una cerveza. Nos encanta la tradición... ¡Prost!
6. 6. Lugares históricos
Cuando no esté disfrutando de toda esa magnífica cerveza, querrá empaparse de cultura mientras esté en el corazón cultural de Alemania.
Frauenkirche (Catedral de Nuestra Señora) y la iglesia de San Pedro (la más antigua de Múnich) son lugares de visita obligada. Otras son el magnífico palacio barroco de Nymphenburg, residencia de verano de los antiguos gobernantes de Baviera; la impresionante Asamkirche, pequeña pero hermosa en su diseño, una obra maestra del barroco tardío; y el Rathaus-Glockenspiel, el gran reloj mecánico de la plaza central de Marienplatz. Icónico por sus personajes de tamaño natural, el reloj suena dos veces al día y recrea escenas de la historia de Múnich.
Lo mejor: la mayoría de los lugares de interés de Múnich están muy cerca unos de otros y se puede llegar fácilmente a pie o en bicicleta.
7. Vivir como un lugareño
Si lo que buscas es sabor local, puedes quedarte en el barrio de moda de Au-Haidhausen, cerca del río Isar y del Museo Alemán.
En este barrio, mayoritariamente residencial, encontrará un sinfín de cafeterías y restaurantes de moda frecuentados por los lugareños, todos ellos a poca distancia a pie, y el río tiene un aspecto sencillamente impresionante iluminado por la noche.
8. Cocina local
Aunque la cocina alemana no goza precisamente de fama internacional, siempre es abundante, rica y variada, y marida a la perfección con la cerveza de alta calidad que se ofrece. Pasee por el famoso Viktualienmarkt y pruebe las delicias locales, como la Weisswurst, una salchicha tradicional alemana que se come por la mañana acompañada de mostaza dulce y un pretzel salado. O el schnitzel, originario de Baviera, una fina loncha de carne empanada y frita servida con ensalada y patatas fritas. Como en toda Alemania, en Múnich también se preparan algunos de los mejores döner kebabs del mundo, debido a la gran población turca del país. Lo mejor es comerlos por la noche, después de unas cervezas...
9. Inclinación
Múnich recibe una buena cantidad de turistas, por lo que los trabajadores del sector de la hostelería y el turismo esperan propinas si el servicio es bueno. En los restaurantes muniqueses, la propina debe rondar el 10-15%, dependiendo del lugar, la ocasión, el número de comensales y el pedido. O, para dejar propina como un lugareño, lo normal es redondear la cuenta al euro más próximo y añadir un 10%.
10. Puntualidad
Quizá haya oído alguna vez historias de terror sobre la puntualidad alemana, y la verdad es que todas son ciertas. Ser puntual no es sólo la norma, es una forma de vida en todo el país, y es un aspecto importante de la cultura alemana. Así que es mejor ser puntual para evitar ofensas. En Alemania hay un refrán que dice que es mejor llegar cinco minutos antes que uno tarde... así que aplíquelo como regla general.
11. Habla como un lugareño
Aunque en Múnich mucha gente habla inglés, sobre todo los más jóvenes, los muniqueses aprecian que los visitantes intenten hablar un poco de alemán. Frases sencillas como Danke schön (gracias), Bitte (por favor) y Guten Tag (buenos días) sirven de mucho. Nuestra favorita, Alles Gut (Todo va bien), resulta muy útil en muchas situaciones. Para no ofender a nadie, cabe señalar que la mayoría de los bávaros hablan bávaro, un dialecto del alemán, y se consideran primero bávaros y luego alemanes...
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